LA CULTURA TIAHUANACO

 

Puerta del Sol


La cultura tiahuanaco fue una civilización preincaica que durante su período de mayor expansión se distribuía en parte de lo que ahora son Bolivia, Chile y Perú. Comprendía casi todo el altiplano denominado meseta del Collao hasta la costa del océano Pacífico por el oeste y el chapare por el este. Su capital y principal centro religioso fue la ciudad de Tiwanaku, ubicado en las riberas del río Tiwanaku en el actual departamento de La Paz en Bolivia.
Destacaron por el manejo de enclaves en tierras más bajas y el manejo vertical de los ecosistemas. Además de poseer cultos religiosos muy complejos y el desarrollo de un sistema filosófico dual que permanecería incluso hasta luego de su desaparición como civilización.
Sus artes variaron en perfección y estilos de acuerdo a las eras cronológicas y su cercanía con la capital. La arquitectura monumental tiahuanacota es de características megalíticas. En cuanto a la cerámica en el año 2006 se descubrieron más de 100 piezas escultóricas de gran perfección y colorido, por lo que todavía se discuten algunos aspectos sobre la periodización del arte cerámico de la cultura tiahuanaco; existieron a su vez estilos cerámicos tiahuanacotas periféricos como los hallados en Azapa, Moquegua y San Pedro de Atacama. También destacaron en el arte textil con predominio del uso de fibras de alpaca, llama y vicuña. Usaron ampliamente la tecnología del bronce, además de ampliar territorialmente tecnologías agrícolas como los camellones y las terrazas de cultivo.
El primer estudioso en llegar a las ruinas de Tiwanaku (capital de la cultura Tiahuanaco) y hacer una descripción detallada fue el cronista Pedro Cieza de León en el siglo XVI. El primer arqueólogo en hacer análisis científicos en Tiahuanaco fue el alemán Federico Max Uhle, a comienzos del siglo XX, posteriormente Arthur Posnansky estudia la zona planteando diversas teorías sobre los orígenes de Tiahuanaco. Otros estudiosos de esta cultura han sido el boliviano Carlos Ponce Sanginés, Wendell Bennett y Alan Kolata.
La cultura tiahuanaco es denominada por los historiadores bolivianos como la "cultura madre de Bolivia".


Tiahuanaco fue la cultura más longeva del área andina, por tanto la periodización evolutiva tuvo distintas teorías y postulados que han ido variando a lo largo de la historia. En un principio Wendell Bennett dividió a Tiahuanaco en tres periodos denominado: temprano, clásico y decadente. Esta división cronológica fue replanteada con estudios posteriores. Basándose en la división de Benett, Wallace definió al periodo tiahuanacota temprano como cultura Keya o Qeya.1
Posteriormente Ponce Sanginés propuso una cronología en 5 fases, las dos primeras anteceden al periodo temprano que había planteado Benett y corresponden al periodo formativo tardío de América, posteriormente denominado periodo aldeano.1
El territorio tiahuanaco fue fundado aproximadamente en 1500 a. C., como una pequeña villa, y creció a proporciones urbanas entre el 300 y el 500, consiguiendo un importante poder regional en los Andes centrales. En su máxima extensión, la ciudad cubría aproximadamente 6 km², y tuvo un máximo de 40 000 habitantes.
Colapsó repentinamente aproximadamente en 1200. La ciudad fue abandonada y su estilo artístico se desvaneció.
Se reconocen los siguientes periodos:
En este periodo el sitio de Tiwanako estaba ocupado por una pequeña aldea con casas rectangulares techadas a dos aguas a las que se adosaba un recinto circular, posiblemente destinado a la cocina. Los cimientos eran de piedra y los muros de adobe; pequeñas calzadas unían las viviendas. No se han encontrado vestigios de arquitectura religiosa o monumental, ni tampoco hay indicios de que existieran clases sociales. Los enterramientos se realizaban directamente en cestas de piedra. Los cuerpos hallados indican que se practicaba la deformación craneana. Su economía se basaba en el cultivo de papa, que para su almacenaje era deshidratada en la forma que hoy se conoce como "chuño"; así mismo se cultivaba la oca. Uno de los elementos decisivos fue la domesticación de la llama lo que permitió el pastoreo; formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La lana fue necesaria para la textilería y su carne servía de alimento. Mantenían un comercio suplementario a través del intercambio de flechas de obsidiana tan características de la cultura Wankarani. Se traía la sodalita para la manufactura de cuentas que utilizaban como ornamento; también se traía helio basalto de las canteras de Querimita. Se conocía el cinabrio, cuyo color rojo se utilizaba en los entrenamientos. Se trabajaba el cobre incluyendo el vaciado. Así mismo se trabajaba el oro y la plata. En el periodo aldeano hay dos tipos de cerámica, uno de ellos -que tiene similitud con la Pucara- es incisa y pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo castaño claro. Son notables las vasijas globulares decoradas con esta técnica, algunas presentan un felino con el cuerpo de perfil y el rostro humanoide de frente. Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de pintura y algunas de sus piezas están modeladas en forma antropomórfica (figura humana).

En el siglo II, Tiwanako dejo de ser la aldea concentrada de los primeros tiempos para convertirse en una gran urbe ceremonial que tiene dos centros dominantes: el conjunto de Akapana con los edificios que la rodean y el Puma-Punko situado al suroeste de Akapana. Ambos muestran la estructura doble de Tiwanako, que evidencian la visión propia de la sociedad andina, división que pervive hasta la llegada de los españoles y aun después. Todas las ciudades andinas, incluyendo Cusco, se dividen en dos; Anan (los de arriba) y Urin (los de abajo).
En el siglo VIII, Tiwanako se expande sobre la base de de los enclaves preexistentes, tanto en la costa como en los valles interandinos; así mismo extiende su poderío sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión fue posible gracias al dominio del bronce que le permitió una gran superioridad militar. La expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y elementos Tiwanakotas, que aparece en la cerámica y los textiles de todo el ámbito conquistado. Esta expansión llega hasta el norte de Chile (San Pedro de Atacama) y muestra relaciones con la cultura de la Aguada de Argentina, deja su huella en los valles de Cochabamba y avanza por el norte hasta Cerro Baul, moderna Moquegua (Perú), donde contactan con el Imperio Huari, con el que comerciaron intensamente. Ante la caída de Huari en el siglo X , Tiahuanaco también entra en crisis. En el siglo XII el colapso es inevitable y en la región donde floreció Tiwanako aparecen invasiones aimaras, denominados reinos collas.

Políticamente la cultura tiahuanaco fueron un estado teocrático que no utilizó la fuerza militar en sus conquistas territoriales. Hacia los años 400 y 500 d.C. los tiahuanacotas refuerzan su poder religioso concentrando el culto en la ciudad de Tiwanaku, ampliando su dominio territorial hacia la costa por occidente y el bosque tropical por el oriente.
La economía tiahuanacota se basó en actividades agrícolas, ganaderas y artesanales. Tuvieron enclaves agrícolas en las yungas marítimas y fluviales, además de los valles interandinos y la puna. Aunque se tiene evidencia del manejo intensivo de la agricultura, no hay estimaciones consensuadas de la cantidad de su producción.
La acumulación de la riqueza se dio a través de las cabezas de ganado. Las evidencias muestran que las élites tiahuanacotas manejaron grandes rebaños de camélidos que sirvieron para la confección de textiles de gran calidad, como lo demuestran los descubrimientos en la costa sur. Sus tapices polícromos fueron una demostración de prestigio y poder de las élites. La élite tiahuanacota al manejar grandes rebaños, también manejaron el trasnporte comercial de la hoja de coca y el maíz que viajaban desde las zonas cálidas hasta el centro ceremonial de Tiwanaku.
La denominada "deidad de los báculos" fue el dios principal de los tiahuanacotas, éste representa a un dios celestial y según algunas hipótesis, ésta deidad podría ser el mismo Tunupa de los posteriores reinos aymaras, o el Wiracocha de los tardíos Incas. Históricamente la deidad de los báculos es adorada en la meseta del collao desde tiempos anteriores a los tiahuanacotas y aparece tardíamente en los wari.
Iconográficamente, la representación mejor lograda y conservada de la deidad de los báculos se encuentra en la Portada del sol, en donde la deidad aparece en posición central rodeada de seres alados.

Se tiene evidencia que los ritos tiahuanacotas fueron de mucha complejidad y asociados al consumo de sustancias alucinógenas. Las sustancias utilizadas, además de las hojas de coca, fueron las semillas de anadenanthera o el parica y eran consumidas en tabletas; las tabletas fueron representadas en las esculturas tiahuanacotas como el monolito de Bennet y de Ponce, además de haber sido encontradas en las tumbas de Tiwanaku y San Pedro de Atacama. Aparentemente estos alucinógenos se conseguían en enclaves tiahuanacotas en el chapare y eran consumidas tanto por los sacerdotes como por seres humanos sacrificados.
En excavaciones realizadas en el sitio arqueológico de Akapana se han encontrado materiales como ofrendas, alfarería, fragmentos de cobre, huesos de camélidos y entierros humanos. Estos objetos fueron encontrados en el primer y segundo nivel de la pirámide de Akapana y la cerámica adjunta corresponde a la fase III de los tiahuanacotas.

En la base del primer nivel de Akapana se hallaron hombres y niños desmembrados a los cuales les faltaba el cráneo; estos restos humanos estaban acompañados de camélidos desarticulados además de cerámica. En el segundo nivel se encontró un torso humano complentamente desarticulado. En total se encontraron 10 entierros humanos, de los cuales 9 eran varones. Estos sacrificios corresponden, aparentemente, a ofrendas dedicadas a la construcción de la pirámide.
Durante el periodo urbano (fases III y IV), la cultura tiahuanacota desarrolló importantes centros urbanos e incluso se expandió fuera del valle de Tiwanaku: Khonkho Wankane en el valle inmediato al sur, Lukurmata y Pajchiri al norte de Tiwanaku, y Ojje en la península de Copacabana son 4 ciudades que cuentan con plataformas aterrazadas, patios hundidos y monolitos. Además existieron un número todavía no calculado de enclaves fuera de la meseta del Collao, sólo en el sur del Perú (departamentos de Tacna y Moquegua) en el año 2000 se contabilizaron 20 enclaves permanentes atribuidos a la cultura tiahuanaco.

Tiwanaku

Es el principal centro religioso y urbano de los tiahuanacotas, según Lumbreras fue un foco de peregrinación con influencia en todos los andes centrales, fue el principal símbolo del poder religioso y político. Actualmente se ubica en las riberas del río Tiwanaku (afluente del lago Titicaca), al sur de la ciudad de La Paz. La ciudad se ubica en el área denominada altiplano boliviano a 3840 msnm.
Dios de los Báculos


Actualmente se sabe que la ciudad y sus principales edificios se construyeron en diferentes fases aunque el orden en el que fueron construidas sus estructuras todavía no está clara. Todos los monumentos constructivos de la ciudad de Tiwanaku tienen una rigurosa planificación y tecnologías constructivas innovadoras para la época. Ésta ciudad se caracteriza por las plataformas, patios hundidos y pirámides escalonadas.
En la ciudad destacan la pirámide de Akapana, el Puma punku, Kalasasaya, templete semisubterraneo, Kori Kala y Putuni, aunque también tiene construcciones menores como Chunchukala, Laka Kollu y la Karana.
Algunas obras maestras de la escultura tiahuanacota en la ciudad de Tiwanaku lo componen la Puerta del Sol, los monolitos de Ponce, el fraile y Benett, las cabezas clavas y algunas estelas.

Khonkho Wankane

Khonkho Wankane o Khonkho Wankani es un centro administrativo tiahuanacota que se encuentra en una formación aluvial del valle del río Desaguadero por debajo de las faldas de la cordillera de Chilla-Kimsachata, a unos 25 kilómetros directamente al sur de Tiwanaku. El sitio ocupa una porción de la pampa Machaca cercano a la comunidad de Qhunqhu Liquiliqui (Municipio de Jesús de Machaca en el departamento de La Paz, Bolivia) entre las estribaciones de la cordillera y el río Bravo o Jach'a Jawira, afluente sur del Río Desaguadero.
Se aprecian dos montículos rodeados por varios montículos más pequeños. El montículo principal Wankane consiste en una plataforma artificial que se ha planteado sobre una loma natural. Estos montículos fueron habitados probablemente desde el 200 a.C. hasta tiempos de los señoríos Pacajes (1470 d.C.). Sin embargo las construcciones habitacionales que transformaron la fisonomía del montículo fueron realizadas por los pobladores Tiahuanacotas (formativo tardío), quizá entre los años 200 a 400 d.C. En este periodo los pobladores de Wankane hicieron profundas transformaciones del tipo de organización social, de sus ideales, valores, hábitos y visión de su futuro.


Las habitaciones son de tipo trapezoidal, con una estructura circular y patios rectangulares construidas de piedra y arcilla. En el centro del asentamiento se descubrió la construcción de un canal subterráneo, trabajado con piedras angulares en las paredes y largos bloques transversalmente dispuestos a modo de techo. Las dimensiones de este interesante ducto es de: 55 centímetros de ancho en la base, 45 cm a la altura del techo, 70 cm de la base al techo y sobrepasan los cien metros de largo que se dirigen hacia el sur del montículo.
En el lugar se encuentran cinco monolitos: el Wila Kala (piedra roja) erigido en la ladera Sureste, Jinchun Kala (piedra con orejas) parado al Sur, los dos bloques parados en la ladera Oeste y el Tata Kala que se halla tendido en la parte central del montículo y es la estela de mayor tamaño con una longitud de aproximadamente 5.20 m. Asimismo, disperso en toda la superficie se hallan fragmentos de materiales antiguos de naturaleza cerámica, ósea, lítica, que ahora se los puede observar en el Museo A. Portugal que se encuentra en el centro poblado de Qhunqhu Liquiliqui.

Pajchiri y Lukurmata


Pajchiri y Lukurmata, aparte de Tiwanaku, son las ciudades tiahuanacotas más estudiadas en Bolivia. Ambas ciudades están ubicadas en el valle norte inmediato a la ciudad de Tiwanaku (Pampa Koani), correspondiente al Río Katari. Pajchiri y Lukurmata distan apenas 8 kilómetros la una de la otra y destacan por el gran número de camellones creados por la cultura tiahuanacota para intensificar la agricultura a 3800 msnm.

Ojje

Se encuentra ubicada en el extremo sur de la península de Copacabana, desde esta zona se domina el archipiélago de Wiñaymarka (Islas de Anapia y Yusipiqui) y presenta terrazas de cultivo (andenes) de factura tiahuanacota.



Pariti es una isla ubicada en el segmento del lago Titicaca denominado Lago Menor o Huiñaymarca, y que forma parte del departamento de La Paz en Bolivia. El 11 de agosto del 2004 dos arqueólogos, el boliviano Jedú Sagárnaga y el finlandés Antii Korpisaari, descubrieron más de un centenar de piezas de cerámica de inusitado perfeccionalismo y colorido. Los descubrimientos de la isla de Pariti fueron fechados entre el 900 d.C. y el 1050 d.C.
Hasta antes de éste descubrimiento, en la cerámica tiahuanacota primaba el color ocre y las representaciones iconográficas simbólicas, en cambio en Pariti se descubrieron cerámicas escultóricas (huacos retratos) de gran perfección y realismo, además de una utilización realista del color en sus decorados. En las representaciones destacan los pumas, cóndores, rostros y seres humanos, además de personajes mitad animales y mitad humanos.
De todas las muestras sobresale en perfección la denominada "Señor de los patos", que representa a un anciano llevando un pato en uno de sus brazos.
La cerámica descubierta en Pariti es custodiada en el Centro artesanal de la isla de Pariti, en el cual se exponen 368 piezas de cerámica recuperada.