ANNUNAKIS LOS CERADORES DE LA HUMANIDAD (PARTE II)

Según los sumerios, sus dioses bajaron a la tierra desde el cielo, mucho antes de la llegada de la humanidad. Para los sumerios, al igual que para otros muchos pueblos de la antigüedad, sus dioses fueron seres de carne y hueso que un día habitaron entre ellos y de los que aprendieron numerosas actividades y normas de convivencia

Ellos vinieron como colonos y explotadores, hicieron de la Tierra su hogar y empezaron a construir ciudades, ciudades que asociaron a funciones determinadas y que estaban gobernadas por Annunakis.

 

Es sabido que cada ciudad sumeria disponia de un dios y una diosa protectora, esto puede interpretarse como que el gobierno de estas ciudades estaba encargado a parejas de dioses.

Textos y manuscritos encontrados en ruinas sumerias sobre las observaciones de constelaciones, cuerpos celestes y posicionamiento de los planetas en el sistema solar, el movimiento de los planetas en torno al Sol. Consideraban el sistema solar un conjunto de 12 planetas, contando la luna y el sol. Al décimo planeta le llamaban Nibiru, que tiene una orbita similar a la de un cometa, de 3600 años.

Los Sumerios fueron buenos observadores y como consecuencia formularon teorías astronómicas muy avanzadas a su época. Las imágenes arqueológicas que se han encontrado así lo atestiguan, pero si algo por lo que resultan especialmente llamativos es por su más que posible contacto con civilizaciones extraterrestres.

Sería algo que explicaría su avanzado conocimiento de astronomía, de representar el sistema solar como hoy lo conocemos. Y es que varios especialistas han sostenido que sólo una raza alienígena podría haberles transmitido tales conocimientos, impensables para su época y que pasarían bastantes siglos para alcanzar algo similar en algunos aspectos.

 

En este sentido, son bien conocidos los Anunaki, un grupo de deidades sumerias que vendrían a ser seres semi-extraterrestres, enviados desde el cielo a la tierra. Serían una raza muy avanzada que ayudaron a los sumerios en el desarrollo de su civilización.

Y todavía hoy sigue siendo algo realmente misterioso el origen de la civilización sumeria, con una estructura social compleja, conocimientos avanzados de agricultura, metalurgia, medicina, astronomía, matemáticas y creadores de la escritura jeroglífica.

En las tablas Sumerias, escritas hace más de 5000 años, (así como en el Bhagavad Gita de los vedas) se describen claramente sus “Dioses”.

 

Los Annunaki (también llamados Annuna – Hijos de An) fueron los dioses confinados en el mundo subterráneo, también se dice que vivían en Dulkug o Dulku , el “montículo santo”. En el texto sumerio sobre “El descenso de Innana al Mundo Bajo” se identifica a los Annunaki como los siete jueces del Mundo Bajo.

La traducción de algunas tablillas, realizadas por lingüistas destacados como Samuel Noah Kramer y Zecharía Sitchin, muestran una civilización sumeria muy avanzada. Kramer afirma que “los sumerios, con la ayuda de sus dioses, especialmente Enlil (el Rey del Cielo y la Tierra), transformaron una tierra llana, árida y azotada por los vientos en un reino fértil y floreciente”.

Diversos autores como Zecharia Sitchin, han descubierto en los textos sumerios aparatos como cohetes y naves de los dioses. Posiblemente descripciones de una civilización de origen extraterrestre que se desarrolló en esa zona del mundo hace más de 5000 años.

La vida de los sumerios giraba en torno a sus dioses. Estos tenían cuerpo físico y a ojos de los sumerios eran los An.Unna.Ki, literalmente “aquellos que vinieron del Cielo a la Tierra”.

Estos dioses instruyeron al pueblo en la construcción de templos en lugares escogidos. Con el tiempo, se desarrollaron diversas confrontaciones bélicas entre los dioses. En la región del Mar Muerto se han encontrado evidencias de una confrontación nuclear en torno al 2040 a.C.

En esta región se conservan aún anomalías radioactivas y partículas nucleares. La onda nuclear originó un ciclón radioactivo que acabó con la civilización sumeria.

Un texto sumerio dice: “En la tierra cayó una calamidad, una desconocida para el hombre, una que no se había visto nunca antes… una gran tormenta del cielo… una tormenta que aniquiló toda la tierra… un viento diabólico como un torrente enfurecido… acompañada de un calor abrasador… durante el día robó a la tierra de su sol reluciente, por la noche las estrellas no brillaban… La gente aterrorizada, no podía apenas respirar… Las bocas se llenaron de sangre… hizo que las casas se abandonaran… los ríos de Sumeria afluían con aguas amargas… los pastos crecían con hierba marchita… Los dioses evacuaron Uruk, se escondieron en las montañas, escaparon más allá de las lejanas llanuras…”.