El caso de Carole Compton, juzgada de brujería en pleno siglo XX

En mayo de 1982 una serie de extraños sucesos ocurrieron en varia casas diferentes de la ciudad de Roma, Italia. Cuadros religiosos caían de las paredes, los objetos de las habitaciones estaban siendomisteriosamente arrojados y se iniciaban incendios espontáneos sin ningún tipo de explicación. En todos estos casos estaba implicada Carole Compton, una joven niñera escocesa de 20 años. Pero no fue hasta que uno de los incendios tuvo de victima a una pequeña niña de tres años llamada Agnese donde la policía investigó los extraños incendios. Carole fue acusada de pirómana e intento de asesinato, sin embargo la niñera insistió en que ella era una víctima de fenómenos paranormales extraños. Los medios de comunicación apodaron el caso como “la niñera que la llamaron bruja”, siendo considerado por muchos como un caso real de actividad poltergeist, además de afirmar que Carole poseía un tipo de habilidad psíquica o mediúmnica incontrolada.
 
La familia Ricci
Carole Compton empezó a trabajar en Roma en 1982 para la familia Ricci como una niñera. Carole se había mudado recientemente a Roma con su novio, que estaba en el servicio militar. Ella sólo iba a estar unos días en la casa de los Rcci cuando comenzaron a suceder “cosas extrañas” que afectaban a la propia Carole. Todo comenzó cuando un cuadro religioso cayó de la pared cuando pasó Carole. Poco después de este incidente, Carole acompañó a la familia Ricci a su casa de vacaciones en los Alpes italianos. Una vez allí, un misterioso incendio se inició en el segundo piso de la residencia y se propagó rápidamente consumiendo toda la casa. Cuando la familia Ricci regresó a su casa, unos incendios inexplicables comenzaron a ocurrir en el interior de la casa. Cuando uno de los incendios se originó en el dormitorio de uno de los pequeños de dos años de edad los Ricci comenzaron a sospechar de Carole y decidieron echarla por miedo a su seguridad.
La familia Tonti
En el verano de 1982, Carole fue contratada por la familia Tonti para que cuidase a sus hijos pequeños. La familia vivía en la casa de sus abuelos en la pequeña isla de Elba. La abuela Tonti era muy supersticiosa e inmediatamente después de conocer a Carole dijo que no le gustaba. Cuando Carole se mudó a la residencia de los Tonti comenzaron a ocurrir misteriosos fenómenos. Un pequeño fuego se inició a través de un colchón además de que pequeñas estatuas religiosas se encontraron rotas en el suelo. La familia hizo revisar el cableado y puntos eléctricos en el dormitorio pero no se encontró ninguna anomalía.

Poco después de que los objetos pequeños empezaron a romperse o incluso a “ser lanzados” por la casa, la abuela de la familia Tonti acusó a Carole de ser una bruja. La tensión en la casa comenzó a aumentar cuando ya estaban ocurriendo gran cantidad supuestos fenómenos paranormales. Una mañana Carole se despertó por un fuerte ruido, pudo observar como una bandeja de plata estaba en el suelo al lado de su cama, lo que fue seguido minutos después por un jarrón de cristal azul que cayó al suelo solo rompiéndose en pedazos. A partir de entonces la abuela Tonti murmuraba la palabra “strega (bruja)” cada vez que pasaba Carole por su lado. La actividad poltergeist continuó cuando Carole escuchó un leve rasguño, un sonido crepitante en el interior de la casa, pero no pudo explicar de dónde venía. Pero todo se complicó cuando uno de los incendios alcanzó repentinamente a la pequeña Agnese de tres años de edad en la cuna. La familia rápidamente llamó a la policía y acusó a Carole de haber creado el incendio y de intento de asesinato.
 
La detención de Carole Compton
Cuando llegó la policía, inmediatamente detuvieron a Carole y la llevaron a la prisión de Livorno. Ella no sabía lo que estaba sucediendo. Carole fue interrogada y llevada a prisión por intento de asesinato, ya que el sistema jurídico italiano puede encarcelar a una persona sin cargos. Así fue como la noticia comenzó a extenderse internacionalmente sobre el caso relacionado con la actividad paranormal y brujería. La prensa británica tituló el caso como “la niñera que la llamaron bruja”, e informó sobre el extraño caso de Carole Compton, la niñera escocesa que había sido detenida en Italia y acusado de brujería. La controversia creada respecto al caso ayudó a recaudar dinero para la defensa de Carole, así como atraer la atención internacional en contra del sistema de justicia Italiana y del “juicio de brujas” que estaba ocurriendo en el SXX.
En ese momento, el caso de Carole obtuvo la atención de parapsicólogos famosos como Guy Lyon Playfair quien se ofreció a viajar a Roma y ayudar a Carole en su lucha contra los cargos en su contra. Sin embargo Carole no quería la ayuda de parapsicólogos debido al temor a que se convirtiera todo en rumores sobre su participación en el ocultismo. Carole creía que ella no poseía ningún tipo de habilidad psíquica o sobrenatural y que tenía que haber algún tipo de explicación racional para los misteriosos incendios. Pero para la policía italiana la historia de Carole Compton era cualquier cosa menos obvia. A lo largo de los interrogatorios, Carole insistió en que no tenía nada que ver con los incendios y los misterios fenómenos que parecían seguirla dondequiera que fuese. Otros de los misterios referentes al caso es que nadie había visto a Carole romper o lanzar algún objeto, además de crear alguno de los incendios de los que había sido acusada.
 
La declaración de los expertos
Durante el juicio expertos forenses intentaron recrear el patrón de los incendios sin tener éxito, y un científico forense testificó que el incendio en el colchón nunca podría haber sido incendiado por una persona, ya que se había quemado inexplicablemente desde el interior. Las exhaustivas pruebas científicas no pudieron explicar ninguno de los incendios que se le inculpaban a Carole. Teodoro Comploi, jefe del cuerpo de bomberos en Ortisei, dijo:
“He sido bombero durante treinta y ocho años, pero nunca he visto nada parecido antes.”
Vitolo, un profesor universitario especialista en incendios declaró que él estaba cien por cien seguro de que los incendios no fueron causados por ningún elemento iniciador, sino por un extraño calor intenso. En diciembre de 1983, Carole fue llevada a juicio después de haber sido detenida durante dieciséis meses en prisión. Los funcionarios judiciales tenían tanto miedo de las habilidades sobrenaturales de Carole que fue colocada dentro de una jaula de acero durante todo el juicio. Carole Compton fue declarada inocente de intento de asesinato pero culpable de dos cargos de incendio intencional. Carole recibió una sentencia de dos años y medio de prisión, pero fue suspendió inmediatamente a causa de sus dieciséis meses ya cumplidos. Poco después de su liberación, Carole Compton dejó Italia evitando así cualquier tipo de contacto con los medios de comunicación hasta 1990 cuando se publicó un libro sobre su terrible experiencia titulado “Superstición: La verdadera historia de una niñera que la llamaron bruja” que fue publicado y obtuvo muy poco interés por parte del público. En el libro, Carole afirmaba que fue víctima de un ataque poltergeist. Carole Compton ahora está casada y vive en West Yorkshire, Inglaterra.
 
Los extraños incendios continúan en Italia
Pero en Italia el caso de Carole Compton no ha sido el único documentado. De enero a abril de 2004, en Canneto di Caronia, Sicilia, múltiples incendios espontáneos fueron informados en unas 20 casas. Cocinas, televisores, lavadoras y teléfonos móviles se incendiaron espontáneamente, incluso después de que la electricidad de toda la zona fuera cortada. Después de investigar la posibilidad de una perturbación electromagnética causada por un fenómeno natural, los funcionarios no podían explicar la causa de los acontecimientos. Las antiguas supersticiones volvieron a la mente de los habitantes sobre extraños poderes sobrenaturales y la brujería. El Padre Gabriel Amorth, experto en exorcismos en el Vaticano, afirmó que la Iglesia Católica Romana estaba considerando la posibilidad de que el mundo estaba siendo atacado por seres demoníacos del inframundo.